Resumen de la obra
Santiago lleva 84 días sin atrapar un sólo pez, en los primeros 40
días un muchacho llamado Manolín lo acompañaba pero los padres del
muchacho le dijeron que ya no podría seguir
ayudándolo ya que según ellos el señor tenía mala suerte.
El muchacho sabiendo
que el viejo esta solo y triste lo acompaña todos los días,
se hacían bromas y el muchacho siempre le llevaba algo de
comer, ya que le tenía estimación por haber sido el primero en
enseñarle a pescar desde muy pequeño.
Un día el viejo salió a pescar, tal parecía que era buen tiempo, habrían
muchos peces y Manolín antes de salir le invitó un café como todas las mañanas
ya que el viejo lo único que llevaba era una poma de agua.
El viejo tenia mucho tiempo pero no atrapaba a un solo pez, asta que de pronto
un pez enorme pico el anzuelo, el viejo feliz rogaba que el pez se lo tragara
para que así perforara su corazón, pero el pez no se rendía, ¡seguía luchando!
La barca navegó mar adentro por la fuerza del pez. La fuerza del viejo cada vez
era menor pero con el empeño que le ponía lograba mantenerse; sin importarle
que le pudiera costar hasta la vida, al cabo de una larga y reñida batalla el
pez tan grande y hermoso no pudo más y murió. El viejo feliz lo amarró al
costado de su barca, para seguir rumbo a la costa. Para su mala suerte apareció
un tiburón quien logró devorar una parte del pez antes de que el viejo le
asestara un golpe mortal con el arpón, de pronto aparecieron más tiburones
quienes lograron quitarle como medio pez al viejo a pesar de tanta lucha, llegaba
la noche y el viejo pedía que no llegaran mas… pero volvieron y esta vez
terminaron con todo el pez a excepción de la cabeza, espina y cola lo
suficiente para demostrar su hazaña.
El viejo regresó todo abatido, destrozado ya que todo su esfuerzo había
sido en vano, cuando llegó todos los demás pescadores se acercaron a contemplar
el tamaño del pez, uno de los mas curiosos dijo que el pez media 18 pies de
largo. Mientras tanto el muchacho fue a la casa del viejo y lloraba al verlo,
pensando que sufrimientos habría tenido el, ¡tantas cosas!...
El muchacho se retiró de la casa del viejo y fue a la terraza a pedir un
café, luego regresó con el café, el viejo despertó y Manolín le dio a beber el café,
así mismo le dijo que volverían a pescar juntos y que tenia mucho que aprender
aun, el viejo volvió a dormir pero esta vez soñaba con LEONES MARINOS.
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